Atenea Digital.es – Seguridad y Defensa (http://www.ateneadigital.es/)
Enrique Fojón
El continente africano está adquiriendo un protagonismo estratégico que no había tenido anteriormente. La ribera mediterránea, con las "revueltas", está inmersa en una inestabilidad fácilmente exportable. El Sahel se configura como un espacio de retaguardia islamista desde la que se pueden desestabilizar países mediterráneos o del África subsahariana. El Cuerno de África encierra un potencial de anarquía crónica y puede servir de santuario para acciones terroristas a nivel mundial. Además, la cercanía de la Península Arábiga conforma una amenaza al tráfico marítimo y, por lo tanto, al acceso al petróleo de los países del Golfo. Más al sur, Mozambique, Angola y Suráfrica esperan su momento.
En este contexto, y entre las noticias de secuestros y asesinatos de cooperantes en campos de refugiados, ha pasado desapercibido el anuncio que efectuó el presidente Obama, el pasado 14 de Octubre, de enviar un centenar de miembros de fuerzas especiales (SF) a África Central. La publicidad de esta decisión tiene una gran importancia estratégica porque puede marcar el inicio de una importante presencia militar americana en una zona que ha estado por mucho tiempo al margen de la atención de las potencias occidentales.
Estados Unidos ya tiene 2.500 militares en Camp Lemonnier, en Djibouti, y varios equipos de SF en el delta del Níger, además de un gran número de "contratistas" en varios países africanos. Esta vez, el anuncio del envío de las fuerzas especiales constituye toda una declaración de intenciones. El pretexto utilizado es el de combatir al "Ejército de Resistencia del Señor" (LRA) de Joseph Koni. Este "señor de la guerra" ha merodeado e impuesto su poder en partes de la República Democrática del Congo, República Centroafricana y lo que constituye Sudán del Sur. El país elegido para base de las operaciones es Uganda, ya que Estados Unidos mantiene una ya duradera colaboración militar con el Gobierno de Museveni.
El denominado Cuerno de África y África Oriental han adquirido gran valor estratégico. Tras el "fallo" del estado somalí, hace más de dos décadas, la situación en Somalia constituye un permanente foco de conflicto que infecta al resto de la región. Estados Unidos ya ha intervenido en la zona con operaciones encubiertas para combatir al grupo islamista al Shabaab en Somalia, como se puso de manifiesto en el apoyo prestado el pasado agosto a las tropas de la Unión Africana y las del Gobierno de Transición Somalí para expulsar de Mogadiscio a los elementos islamistas.
La actual ofensiva de los ejércitos keniata y somalí en la parte sur de Somalia es muy probable que cuente con el "asesoramiento" estadounidense, pero la capacidad militar keniata es limitada. La amenaza que representa al Shabaab no se ejerce sólo por tierra, las actividades piratas se suceden y exponen el litoral keniata a sus ataques. La finalidad de la ofensiva keniata puede ser la creación de una zona de seguridad que libere de presión la frontera norte, pero eso implica la ocupación de la ciudad y el puerto de Kismayo, base de piratas. Si las acciones keniatas sólo fuesen incursiones de castigo, estaríamos ante acciones que deberían repetirse en el futuro, lo que podría desestabilizar Kenia.
La publicada presencia norteamericana en Uganda puede marcar el comienzo de un "compromiso" con la seguridad en la región, misión que sería encomendada al Mando Americano para África (AFRICOM), después de su estreno oficial el pasado marzo durante la fase inicial de las operaciones en Libia. La elección de Uganda como base de operaciones en la zona permite a Estados Unidos tener una posición central, en lo que podía constituir una zona de influencia en una región con pasado y presente anárquicos y así contrarrestar las influencias de potencias asiáticas, principalmente China. Países como Etiopia, Sudán, República Democrática del Congo, Kenia, Ruanda y Tanzania, entrarían en esa zona de influencia. Durante años, China ha ejercido una gran influencia económica en la zona, con programas de ayuda y, otros menos altruistas, en infraestructura y con prácticas financieras poco ortodoxas. Estados Unidos pretende anular esa influencia china, mediante la promoción en la región de un nivel de seguridad más alto.
Estados Unidos podría tener sus ojos puestos en la ampliación de la base naval de Camp Simba, en Kenia, lo que le permitiría, además de servir de cabecera de un corredor hacia Kampala, basar el ejercicio del poder naval en el Índico con el apoyo de Diego García. La US Navy no puede permanecer ausente del "gran juego" que se está planteando en el Índico y en el sur del Mar de China. India y China están empeñadas en ambiciosos programas navales.
Los recursos económicos en la zona son considerables, ya que el área es rica en materias primas, a la vez que es susceptible de una amplia actividad comercial, pudiéndose emplear como instrumento para ello la Comunidad Oriental Africana (EAC). Los puertos de Mombasa y Dar es Salam son las terminales de esta actividad y podrían dar salida al petróleo, bauxita, hierro, cobre y otras riquezas de la región, pero sería necesario acabar con la piratería en la zona.
La paulatina "liberación" de Estados Unidos de sus obligaciones en Irak y Afganistán, le permitirán más libertad de acción en los asuntos mundiales. África es un continente que ha estado estratégicamente olvidado, muestra de ello son las inacabables situaciones caóticas en Congo, Somalia, Sudán etc., donde la consiguiente "operación de paz" de la ONU se constituye en el requisito imprescindible para eternizar la situación.
AFRICOM es la herramienta que tiene USA para ir configurando la situación en África. El envío de SF a Uganda es un indicio de ello. El recuerdo de Mogadiscio 1993, "Black Hawk derribado", está presente y no se contempla el empeño de gran cantidad de tropas terrestres. El anuncio de Obama puede ser el heraldo de una nueva situación para África
No hay comentarios:
Publicar un comentario